lunes, 25 de diciembre de 2006

Respuesta de Aragorn, Señor de Gondor, a su querida dama, bella inspiradora y reina de mis sentimientos:

Mi dulce vida: mi reino no se extiende mas allá del limite del universo de mis sueños y del anhelo de entregarle mi vida y todo lo que tengo, no es mucho, al contrario, estoy casi en la bancarrota de mis ilusiones, bueno estaba, estaba porque usted apareció y todo ya es distinto.

Distinto porque no quiero volver a mirar con mis antiguos ojos llenos de ese pasado que ya no existe, quiero respirar al mundo no con sus odios, con sus mentiras o su falta de ganas de luchar por sus sueños, mi bella dama, quiero ser su guerrero de amor, blandir mi espada en su honor por todo el tiempo que estemos juntos, dar mi mil por ciento en sentimientos, besos, caricias y ser muy feliz de que esta lucha, esta noble cruzada me lleve a conquistar su noble corazón.

Porque jamás me reiría de usted, mi alegría no es burla, es magia que solo su mirada produjo en mi, una bella alquimia que no puedo explicar sino con el dulce hecho de que con solo mirarme fui distinto, sin darme cuenta entro en mi vida por la firme mano del destino, y es en su bello reinado que quiero descansar, pero ante todo, seguir luchando por usted, darle mi alma en mis besos, mi corazón en un millón de caricias y mi enamorada alma en miles de versos que canten las maravillas que tan solo usted en bellas palabras creo en mi vida tiernas cadenas para atarme a su amor.

No soy un gran guerrero, las batallas siempre se me tornaron oscuras y no pude muchas veces ver la luz que me indicaba el camino a seguir, camine a oscuras por un mar de incertidumbres, los ojos lloraron sangre de desilusiones, las manos gritaron por las esperanzas rotas, mi alma destrozada solo pedía un descanso de muerte para su derrota, quebrada había sido la espada, los sueños guardados estaban condenados a ser solo eso, sueños que nadie deseaba querer realizar, abandonado en las depresiones de mis desamores estuve mucho tiempo, solitario en lo facto a pesar de las palabras que muchas veces me prometieron eterno amor, no las critico, aprendí de ellas, pero son el pasado, porque hoy me levanto en la nueva forja de mi espada, sacudo el polvo que por muchos años estuvo cubriendo mi armadura, monto mi corcel y cabalgo las llanuras que me separan de su noble corazón. Hacia allá iré a rescatarla de los dragones que la acechan, romperé con la voz de mis sentimientos las murallas de sus castillos, y armado de un verso y una flor entrare en las habitaciones de su alma para decirle, “heme aquí, dulce princesa, ¿me sigues?”.

Mi bella bufón, en su amor quiero crecer una y otra vez, romper las barreras del tiempo y el espacio, bajar las estrellas para que iluminen su camino y poder con mis besos entregarle mi vida y todo lo que junto a usted quiero vivir y lograr para honrar sus palabras y destruir mi pasado con la dulce sensación y paz de sus besos y su abrazo de amor.

Mi promesa será el estandarte que usted verá cuando llegue a su encuentro… y mi amor su cumplimiento.

1 comentario:

Sant Bufó dijo...

Lo esperaré entonces, a que venga a mi encuentro... je le teva bruta temptació.