Me aferro a ti en tu libertad de mis sentimientos

El camino de los guerreros no se detiene tras haber logrado su objetivo, no pierde fuerza su brazo cuando celebra su triunfo junto a sus amigos, cuando le cuenta a las estrellas todo el dolor que debió pasar en esta larga y solitaria batalla que a pesar de las mínimas posibilidades de ganar, de los enemigos que se mostraron abiertamente (los pocos) y los miles que en las sombras hicieron de su vida un imposible, de las lluvias que en la cerrada oscuridad de un bosque debió soportar por ver el fugaz amanecer de una luz trémula en el horizonte, de cuantos vientos fríos calaron sus huesos y de cuantas palabras hirieron su alma, de las veces que tuvo que huir por no destruir con su ira lo que más tarde lamentaría y pelear batallas que aun lamenta el resultado, mas no la lucha, pues no temió jamás librar una batalla donde podía luchar sin temor, a veces, es cierto, los resultados no le fueron favorables, pero se sonríe al saber que cada cicatriz en su piel y en su corazón es gracias a que confió en su corazón y siguió adelante, sin temor a nada, mirando el nuevo presente que se le tenia deparado, un paraíso en la tierra hecho de los dulces brazos de un amor.

En sus noches tras la algarabía y el divertimento le dice a la Luna todo esto que lo hace feliz, ahí esta ella, sonriendo mientras escribe cartas a sus amigos, dibuja su inspiración y canta bajito curando las pequeñas heridas que de a poco con su voz va sanando los restos de ese pasado que ya no volverá, a ti Luna te cuenta que todo el dolor que por ella transformo en alegría infinita, de los amigos, que a pesar de ser pocos y que de verdad a su lado hoy se mantienen, pudo encontrar y recibir su apoyo y sus fuerzas, de los caminos que a tu luz los vio con si por vez primera los mirara, como si todo el universo por luchar se transformara y naciera de nuevo y con su espada poder caer feliz en los brazos de esa mujer que ahora le sonríe y sin temor del que dirán, de la crítica, a veces benigna, a veces no, se acerca a ella como si fuera un niño no viera a su madre tras años, se abraza y se aferra a su espalda diciéndole que a pesar de todo lo que el destino les tenga deparado ese loco caballero la amará por siempre, porque su amor es eterno y de sus labios y de su corazón su alma jura que no se separará jamás de usted.

Aragorn Corazón de León