viernes, 23 de febrero de 2007

El bien y el mal: historia de la infancia del Arcángel Miguel


Las Sagradas Escrituras nos dan cuenta de cuatro arcángeles que se conocen con algunas características fácilmente reconocibles para el mundo, Gabriel, Rafael, Uriel y Miguel, detallada por doctores de la Iglesia Católica es la jerarquía celestial, pero pocos saben de las leyendas que guardan algunos de estos seres de extraordinaria fuerza y poderes solo superados por Dios.

Se cuenta en los monasterios de antaño que Dios con la fuerza de su amor creo toda la jerarquía celeste, la primera compuesta por serafines, querubines y tronos, la segunda, por dominaciones, virtudes y potestades, y la tercera, por principados, arcángeles y ángeles, todos con distintas funciones que en la pura esencia de su creación alaban como nadie a su creador y poseen un amor infinito por todo lo creado por Él.

Los creó con distintas funciones, con distintos rangos, pero hubo dos que sobresalieron ante el resto: Lucifer, el más grande de todos los ángeles, favorito de Dios Padre y Señor de la Luz, y por otra parte había un ser que fascina a todos pero que pocos conocen, Miguel(el que es como Dios), el gran adalid del Señor.

Estos dos seres divinos fueron creados al mismo tiempo, pero con una gran diferencia, Lucifer nació maduro y con todos sus poderes plenos y la autoridad que inmediatamente le concedió Dios, más al Arcángel Miguel le dio el don de la infancia y de crecer para aprender todo y convertirse en alguien tan fuerte como su creador.

Conoció todo el reino divino, se instruyó en la sabiduría, la bondad, la piedad, crecía a la par que aprendía, curioso, pero silencioso, solo respondía ante el Señor y Él lo estimaba cada instante más, hasta su propio hijo fue el que le ayudaba en sus lecciones, en especial las del amor, que eran las que más le costaban.

Cuando ya estaba en la flor de su madurez, tal como se lo conoce ahora, ocurrió el primer gran mal del mundo, Lucifer, que conocía todo y sabia que a pesar de su poder jamás llegaría a ser el señor de los cielos, reunió a muchos ángeles que pudo convencer y planificó la derrota del cielo, en secreto los reunió a las puertas del paraíso, los instruyo en las artes de la destrucción y del caos y les otorgo las armas de maligno poder que, lejos de todos, ya había creado para esta ocasión.

Mas Dios lo sabia, era su deber crear a un ser así, su plan ya estaba trazado y solo esperaba la señal para responder tan cruel ataque a su amor.

Las fuerzas oscuras estaban apostadas en las afueras llamando a Dios en persona para que se presentara a luchar, mas no lo hizo, no era su deber. Muchos seres divinos miraban al exterior y se preguntaban como Dios creo a alguien que lo traicionaría, y porque si en su divina sabiduría no hacia nada por impedirlo, pero sabían en su interior que algo pronto ocurriría.

Mas solo uno estaba tranquilo, miro a su maestro que acompañaba silenciosamente y comprendió que su momento estaba listo, Miguel comprendió cual era el verdadero significado del amor, dar la vida para que otros no mueran y luchar por lo que se quiere, pues el amor significa acción, y la paz, en ese momento, no se conseguiría con las palabras, su momento y su propósito con que había sido creado había llegado, y con todo su ser resplandeciente se acercó al Señor y rodilla en tierra le pidió permiso para luchar contra las huestes malignas, y Dios tomando la espada del Amor se la entrego y le envió con todas sus bendiciones.

Salio solo, Lucifer lo miraba extrañado, pues lo consideraba débil y tímido, incapaz de realizar tal acción, creyó que sólo era un emisario, pero al ver tal espada que resplandecía con la luz del Señor por vez primera dudo.

- Hermano querido ¿qué haces aquí? Continua con tus absurdas lecciones y llama a tu creador que debemos destronarlo para siempre.
Todos los ángeles corruptos reían a carcajadas que no eran alegría sino de odio, pero se callaron inmediatamente al ver la decisión y valor que Miguel emanaba a todos, avanzó y con voz firme le dijo a su hermano:

- Lucifer, traidor, arrepiéntete o sufre la ira de Dios.

Pero éste, a pesar de la duda que lo invadía ordeno el ataque más feroz que se a conocido en el cielo, sus hordas de ángeles malditos al atacar se les desfiguraba su bella piel y negras alas brotaban de sus espaldas, ya no volaban por la voluntad y el poder de Dios, sino que su odio y su sed de poder los corrompía mientras atacaban, pero se encontraron con un poder tan fuerte que sus armas se detuvieron de golpe al llegar frente a Miguel, y comprendieron algo que jamás habían sentido antes, el miedo, se sintieron solos, abandonados hasta de si mismos, pero también debían obedecer así que ese odio que ya los dominaba los hizo recomenzar el ataque, pero no sabían a quien se enfrentaban, con serenidad pero con un amor que irradiaba todo el cielo avanzo a recibirlos, con la diestra tomo la espada y de una sola sacudida los arrojo lejos al lugar que les estaba destinado por Dios a los que a pesar de lo inesperado llegarían si se rebelaban a su divino poder; el infierno recibió la primera oleada de seres malditos, eran muchos, todos grandes en poder, mas ninguno rival para Miguel. Y al ver tal acción los mismos ángeles que apostados en las afueras observaban la batalla, con la misma actitud de Miguel, pidieron permiso a Dios para luchar y he aquí que el primer ejército divino lucho por horas derrotando a las fuerzas del mal.

La batalla estaba ganada, Lucifer estaba solo, pero ningún ángel se acercaba a el, y muchos cayeron bajo su poder, pero Miguel sin pensarlo dos veces lo retó, jamás dos fuerzas tan grandes se habían enfrentado antes, bien y mal, la mayor batalla que jamás se ha visto, pero el odio y maldad de Lucifer jamás competirían ante la decisión y el amor a Dios del arcángel Miguel y con un solo movimiento lo lanzo hasta lo más profundo del abismo infernal, condenado para siempre y negado con decreto de destrucción acercarse al paraíso.

Fue así como el gran adalid del señor pudo desde que nació derrotar al mal con la divina gracia de Dios, y es así como él inspira a guerreros y soldados que luchan por traer el amor al mundo, dando su vida por ello, sin temor al mal ni a la oscuridad, llenos de un amor que en sus corazones no morirá si como este arcángel no temen al mal y luchan por el amor.

Aragorn Corazón de León

2 comentarios:

Hamlet di Beliatio dijo...

¡Gracias Corazón de León!...
Me habeis dado la solución que estaba buscando para terminar mi escrito sobre mi lucha en contra de Satanas-Reus...
La solución es el Amor...
Tan simple y contradictorio, ya que sin amor no tendría sentido nuestras vidas (o la mía)...
Aunque te destruya cien veces cien aquel sentimiento, es por el cual caminas y sueñas. No tendría sentido Beliatio sin esta razón.

...Aunque hoy por hoy sea tan solo un sueño...

ATHENA dijo...

he leido muchos escritos que han hablado sobre el bien y el mal pero me ha gustado mucho tu enfoque y el gran valor que le das al amor, pero no en el contexto romantico o erotico sino que hablas de la clase de amor mas puro que pueda existir y que hoy en dia la humanidad hemos olvidado o que lo confudimos con caridad...