Siento la curva infiel que
traspasa mi sentido de cordura.
Cada risa que sale de la boca solitaria,
romperá la belleza del aire en quietud.
Dolía cada pulso, el pecho palpitaba en
un sonido doloroso.
Cada dedo pasó rápido sobre la carne,
la uña se clavó malvada sobre los ojos
para sacarlos, para extraer aquella
carne deliciosa y engullirla ansioso.
¿Me vas a dejar abandonado a mi suerte?.
Siento mi respiración corta y desesperada.
Hace mucho que no abro el ojo, el ojo de la locura.
miércoles, 30 de mayo de 2007
Desquiciante soledad
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2 comentarios:
Los abismos tentadores.
Excelente escrito, palabras precisas para "aquellos momentos".
que si la locura esta siempre lo esta. solo que se guarda para el momento en que estalla o hasta que se extraña y renace....para morir en de prudente...
me dio escalofríos huuuu
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