lunes, 28 de septiembre de 2009

De entre los muertos V

Apenas rozaba el suelo, los arboles inmóviles nos veían perplejos, tan solo el viento nos acompañaba en nuestra travesía a tierras mas seguras alejadas del peligro para ella, alejada de enemigos para mí.

-quiero bajar, por favor paremos- me dijo a voz cortada por la velocidad y con sus ojos fuertemente cerrados.

No le respondí, tan solo me percaté de que ella jamás había viajado a la espalda de una sombra y sin duda no estaba acostumbrada a sentir al viento galopante y a la brisa silbando en su delicado oído.

Entonces nos detuvimos, era un paraje desolado, unas cuantas paredes con engranes incrustados, viva prueba de la revolucion de los maquinistas de golem. Eran grandes inventores su fama era reconocida en todos los lugares y rincones del mundo, ayudaron a mejorar las industrias, dieron nueva vida en las ciencias, incluso su fama y prestigio supero a los hechiceros, pero su alma corrompida deseo crear a la bestia mas poderosa para la batalla, se encerraban día y noche en sus talleres, se distanciaban del mundo y ya no salían a las calles a mostrar sus inventos. La codicia los cegó en su afán de crear a la bestia.

Martillos, sonidos de cierras, rebanando la carne del poderoso metal, grandes chimeneas escupiendo al cielo el cáncer de la negra noche, el agua se torno ácida y gris, los pueblerinos comenzaron a enfermar, los mas débiles a morir. Hasta que una noche la multitud exaltada acudió a los talleres a reclamar ante tan deplorable paisaje y entonces, sus ojos incrédulos, sus manos temblorosas y sus voces que se elevaron en plegaria vieron a la temible criatura.

Se erguía por sobre todos, los engranes crujían en una dolorosa melodía de llanto y muerte, se levantaba lentamente, hasta que sus ojos quedaron al descubierto y observaron a la multitud llena de miedo y pavor, termino de levantarse, se elevaba mas allá de los arboles que susurraban temor y malos augurios.

Era tan altos como los pastores de arboles, pero despedían el olor a sufrimiento entre sus engranes cubiertos de la sangre de sus creadores que sacrificaron algo mas que sus trabajos para realizar su obra.

Pero, había algo raro en el paisaje, estaba muy silencioso, y si algo he aprendido, en mi vida como sombra, es que el silencio es el preludio para el desastre.

Un grito estremecedor, sacudió mis sentidos, el escalofrío mas profundo me recorrió, sentí un golpe seco en mi espalada, no tuve tiempo para reaccionar, tan solo sentí un ultimo grito antes de caer inconsciente.

-!!!!!!!!!!!Ayudameeeeeeee

eeeeee....!!!!!!

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