lunes, 28 de septiembre de 2009

De entre los muertos II

Sentándonos al rededor de una menguada llama, recordaba cuando la conocí, cuando el tiempo no era tal y mis sombras en un rincón de esta olvidada tierra no hacían mas que deambular por los callejones de una cuidad donde el espectro no es mas que el olvidado recuerdo del viudo de poemas y cantares.

mientras ella observaba mis ojos llenos de memorias solitarias, yo sentía el perfume que una vez me había hecho olvidar las leyes que nos regían, las cuales me condenaban a la sombra y a ella a la soledad mas profunda que se puede imaginar.

De origen divino, en el tiempo de los mitos y olvidos, habían nacido las musas, que por su belleza y poder perseguidas ahora en el secreto sus vidas eran mantenidas.

En el mundo ya pocas aun con vida seguían, entre las sombras moviéndose, entre los poderosos ocultándose, a todas ellas sus alas habían arrancado.

-quisiera que tu....

me hablaba a un compás sereno, cada palabra me hacia olvidar el frío de la noche.

-me prote....

en ese instante un sonido de entre los arboles hizo que alzara mi espada y me abalanzara hacia mi enemigo.

-todo aquel que lastima tu posesión mas querida es tu enemigo- hablaba una voz dentro de mis pensamientos

¡¡¡ya lo sé!!! grite desesperadamente

se movía rápidamente mezclándose con la espesura del bosque

maldición, es una sombra blanca...

-si algo había aprendido en mis viajes, era que toparse con esos desgraciados solo significaba que alguien lo seguía y no tenia intensiones de dejarlos ir.

¡demonios!

frene mi paso, y regrese, sabía que no podía alejarme, no quería perder la de vista ni mucho menos con un rastreador blanco nos seguía los pasos.

creo que no tengo otra opción-exclame mirándola fijamente, en el vago intento de que comprendiera lo peligroso de la situación.

comencé a formar sellos con mis manos y a conjurar un hechizo:

-"caminan entre nosotros, cuando la tierra se duerme, levántense de entre las sombras,¡¡¡ HAGAN QUE EL CIELO TIEMBLE!!!"

En ese instante miles de sombras surgieron de la tierra, como una jauría de lobos hambrienta buscando su presa.

-se dispersaron para seguir el rastro del maldito que nos ha estado siguiendo, le explique para que lograra salir del estado de shock al ver a aquellas sombras nacer de la tierra.

-bueno, supongo que esto bastará por ahora.

-much...muchas gracias- me dijo acercando sus labios a mi mejilla

un suave roce bastó para que mi piel se erizara, no podía soportar tal calidez. me aparte de su lado en un intento de escapar de ella, pero sujeto mi brazo con tal ternura que mi mente en blanco permaneció hasta que nos hallábamos sentados nuevamente frente a la menguada llama...

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