lunes, 17 de marzo de 2008

De una noche en la playa...



Como el vuelo al horizonte

de las aves hacia la templanza
es la zona interna del ser
que presuroso cambia la marcha
de razón en razón,
un claroscuro de la vida
de quien vaga entre las olas
en aquella bahía de traición.

Completando el vicio del oráculo
transforma el destino en rutina,
encegueciendo la cordura
por una locuacidad de tropel
encadenado en la visión atormentada
cuando las muecas siniestras
se trasponen en el pasado falaz
contra la cara armónica del sino.

Fecha incierta la resurrección
de los pecados más ocultos
en el corazón de un proscenio,
afincado en espíritu mordaz,
un vientre cansado de soportar
los golpes de sicarios fantasmas...
atormentándome con sus ojitos,
balbuceando su nombre: Deseo.


1 comentario:

Miguel Grammont dijo...

Palabras violentas, contenidas, casi arrancándose de la pluma.

Exhalación última de un viajero, sólo falta esa palabra que toda pluma añora marcar.

FIN.

(¿Cuándo veremos la saga del próximo libro?)