Son tres los charcos de oscura agua en la calle del frente y el ultimo cigarro entre mis dientes queman la tinta corrosiva de las letras, es la ultima fumada, mientras le doy una bocanada a la noche. Cruzo por calles apagadas, el ruidoso sonido de las compras y del dinero se ha esfumado y ahora no queda mas nada. Ya son las 2:40 de la madrugada, lentamente llego a mi hogar: esta tal cual lo deje, inconcluso y frió como las cajas de aceite con la cual la armo junto a esas viejas fresadas y todo lo cual que me separa del frío suelo.
Cuando apoyo mi conciencia entre el montón de ropa que me sirve de almohada empiezo a sentir la brisa helada entre mis narices, esta empezando el invierno y siento congelar mis pies lentamente casi como un despertar después de la resaca. Solo el ruido del viento entre las calles me acompañan en esta velada y alguno que otro perro que le aúlla a la soledad, a mi lado
Como observante y espectro de bultos y ropa sucia se encuentra durmiendo. Dicen que la vida es dura y complicada, que las vacas flacas pronto se terminaran, que lo más importante es tener sueños. Da lo mismo si te vas por la noche cuando empieza el invierno, las cifras son cifras y los muertos almas durmiendo en el pavimento.
2 comentarios:
Excelente! lo mejor :-)
Me encanta tu narrativa, la forma en que haces de lo cotidiano una prosa altísona, cómo atrapas con tu sensibilidad a los olvidados, aquellos que la sociedad y la Historia han relegado al pavimento y el olvido, dónde viven ahora.
No hay mejor artista que aquel que personifica con fuerza, convicción y pasión aquel paisaje que quiere mostrar. Talento y habilidad te sobran amigo.
Saludos, excelentísima obra!
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