jueves, 22 de enero de 2009

Terrorismo celestial

Peligro. Estamos envueltos ante esa palabra constantemente, nos rodea en cada segundo y centímetro de nuestras vidas y nos hace volvernos temerosos, llenos de resentimientos, ira, irracionalidad y un falso orgullo colectivo.

Y ha que no se imaginan de qué peligro os hablo. ¿Terrorismo, ladrones, violadores, homosexuales? No señores, les hablo de aquellos que no pagan impuestos pero lucran con nuestras almas, la salvación y con el dinero que supuestamente nos hará ver a dios en su gloria y majestad.

Religión. Mesianismo. Guerra Santa. Es allí donde de verdad radica el peligro, estamos rodeados e intoxicados con sus conceptos, sus “verdades”, sus dogmas y cuanta santa palabra como “asunción” “concepción virginal” y “juicio final”. Y allí estamos nosotros, comunes y silvestres seres humanos parados ante la vorágine de aquellos desequilibrados e impositores soberanos del engaño, el terror y la manipulación psicológica sobre las mentes de muchos cientos de millones.

Tarde pero es bueno desvelar aquel mundo de verdades “religiosamente correctas”, correr el velo y ver que el mundo es bello de por sí, que nos entrega todo lo necesario para vivir y no por ello tenemos que recurrir al silicio para castigar el placer de vivir, de pensar, de objetar, de preguntarse y que los hechos nos den la razón de las cosas. Que existe algo mas allá de lo que le contaron a nuestros padres y así tras generaciones en el tiempo, barbudo, hediondo pero que se creía mejor que el moreno indígena que por maravillarse con cada salida del sol debía ser “salvado” por el sadomasoquismo de un carpintero que hablaba de amarse los unos a los otros, pero que olvido convenientemente decir que podían sacrificarse y por ende a los demás por aquel dios que nos ama.

Parece tan obvio ante siglos de aprendizaje, ensayo y error, donde todo y todos hemos de pasar y alegrarnos por ver que la vida nos entrega la oportunidad de crecer en nuestras múltiples capacidades y mejorar todo aquello que en algún momento nos presenta dificultades, pero para estas personas, mujeres y hombres que creen en lo irracional, en la muerte de otros como la “voluntad de dios” siquiera hablarles de los dinosaurios es como insultarles hasta la quinta generación. Pero no por ello debemos quedarnos en silencio, es cierto hay sarcasmo aquí, pero no por ello voy a callar en acusar y encarar con voz firme y apoyado en que la vida sin una religión ni un dios puede ser buena moralmente para todos, yo y todos podemos hacer el bien sin una guía castigadora que al menor acto en contra de sus designios nos enviara al azufre y fuego.

Por ello es el deber de nosotros en comenzar a denunciar sus males, porque debemos callarnos si ellos supuestamente nos evangelizaron porque éramos bárbaros y debían entregarnos un alma, un alma cristiana, musulmana, judía, protestante o cualquiera de las del panteón de dioses que nos aman… hasta que hacemos lo contrario. Yo por lo menos digo no a su divinidad, su posturas fascistas y como desean controlar nuestras vidas, heme aquí que planto firme mi bandera en pos de decir no mas al totalitarismo de la fe, no más a la irracionalidad para dar un sí a la libertad, el libre pensamiento, la elección y una educación que tenga como base moral la vida misma libre de ataduras emocionales que nos hablen del sufrimiento y la condenación post mortem para volcarnos a disfrutar en la sana convivencia de una existencia donde las diferencias solo sean por los genes y que todo lo demás nos una para un mundo mejor.

Y no, no hablo de una utopía, eso es lo que nos han hecho creer, pues es posible, debemos levantar la vista y empezar creyendo en el pequeño dios que nos hablaba Huidobro, en nuestra humanidad creadora de vida, verso y amor puro a nuestros semejantes.

Que la maravillosa probabilidad de estar aquí, con vida y razón no sea desperdiciada para unos pocos reunidos bajo un hombre de sotana sino que sea el beneficio de muchos que aunque no lo sepamos esperan oír nuestras voces hablar de la belleza del vivir libres de las ataduras de la fe.

1 comentario:

Miguel Grammont dijo...

Guau!

Eso es todo un discurso. Veo que peleamos bajo la misma bandera, estimado Roque.

Pero la tradición es firme y corroe los cimientos del nuevo mundo que nace en los corazones de las almas que brillan bajo la luz del humanismo.

Tendremos una larga charla, lo que le vea por los lares Serenenses.

Saludos y ...

A.M.H.G.
Ad Maiorem Homo Gloriam