lunes, 10 de septiembre de 2007

Oratorio

-Doctor: Sólo relájese y charlemos.

-Paciente: Bien doctor, lo que ud. diga. Confío en usted, sí definitivamente confío.

-Doctor: Yo también confío en ti, sabes que si me das la información que necesito podrás salir luego.

-Paciente: Y no volveré a ver las inyecciones ni las pastillas.

-Doctor: Me temo que no. Es necesario que sigas tu tratamiento, aún allá afuera. Es vital para tu mejoría.

-Paciente: Oh… Bien, ya no tengo miedo. Nada más a la jeringa. Sólo un poquito…

-Doctor: No pensemos en esas cosas y comencemos. Te escucho.

-Paciente: Doctor, se trata de Ella

-Doctor: ¿Ella?

-Paciente: Sí, Ella.

-Doctor: ¿Quién es?

-Paciente: Es Ella

-Doctor: … (perplejo)
¿Supongo que tiene nombre y apellido?

-Paciente: ¡Sí! Ella Misma

-Doctor: …. (Levemente ofuscado) Bien, se trata de ella… (toma algunos apuntes en su cuaderno)

-Paciente: La más hermosa de las gracias que ha descendido a estas tierras, ojos penetrantes como el rayo de la tormenta, pero algo melancólicos… (pausa)
¿Ha visto a la más lejana de las estrellas titilar en el más alejando confín del firmamento?

-Doctor. Sí, desde luego.

-Paciente: Pues así son también sus ojos. Como reprimiendo en secreto un llanto.

-Doctor: (tomando más apuntes) Vaya, no te conocía esa faceta. Eres un verdadero talento.

-Paciente: (sin poner atención al doctor) Y ese cabello, una cascada cayendo con la furia de los tiempos hacia su cintura, un salto creo que le llaman algunos…

-Doctor: (mirando el reloj) ¡Suficiente! (serio) Por favor, llevas mucho tiempo acá, vamos directo al grano para así poder ir a casa. ¿Sí?

-Paciente: (decepcionado) Oh, ya veo… Para otra ocasión se la seguiré describiendo…

-Doctor: Definitivamente (garrapatea algo en su cuaderno, algo exasperado) ¿Pero qué sucede con ella?

-Paciente: La quiero… … La amo… …la adoro… La idolatro como una planta al sol, como un engendro maldito que empieza a aferrarse a la vida, como un lobo le aúlla a la luna, yo le canto mis versos, como una polilla a la ampolle…

-Doctor: De nuevo nos estamos desviando…

-Paciente: (se tapa la boca con ambas manos) perdón

-Doctor: Prosiga

-Paciente: Bien, ése es mi problema, el génesis de mis desdichas, el alfa y el omega de mi corrupta existencia.

-Doctor: (agitado) ¿Por eso intentaste suicidarse cinco veces, trataste de arrancarse los ojos con una cuchara, lograste rasgarse media oreja con una jeringa, te taponeaste las fosas nasales con algodón e intentaste, según tus gritos desesperados, “arrancarse el corazón” con las uñas?...

…Perdón (saca un frasco y se traga una pastilla).

-Paciente: Lo único que quería es dejar de verle en cada rostro que ante mí se presentaba, dejar de oír su voz en la ausencia, sentir su embriagante perfume y que este corazón dejara de agitarse al evocar su recuerdo...

-Doctor: ¿Nunca le dijiste lo que sentías?

-Paciente: Oh, sí, evidentemente. A comienzos del otoño mis ojos le dijeron a los suyos cuán hermosa la encontraban, En los mediados del invierno se lo conté a una estrella y le encargué a los astros que la protegieran, en la primavera subí a la montaña más alta y en un susurro se lo dije al viento para que, cual sigiloso mensajero, le describiera cuánto la amaba y en el ardiente verano separamos nuestros rumbos trayendo consigo mi desgracia…
..Y de ahí me he quedado sólo y enajenado.

-Doctor: (anota nuevamente) Pero no veo aún cuál es el problema. En la vida hay muchas personas, ¿por qué no intentas seguir tu vida y buscar a alguien quién decirle todo lo que me acabas de describir?

-Paciente: Porque simplemente no sería Ella. Es a ella quién amo, no otra.

-Doctor: ¿Por qué no la buscas entonces?

-Paciente: Dudo que su esposo me permita acercarme a ella nuevamente…

-Doctor: ¡Está casada!

-Paciente: Sí, es correcto.

-Doctor: No puedes hacer nada entonces…

-Paciente: Sí, si puedo. Puedo cuidarla, estar cerca de ella, protegerla, procurar su bienestar, en las buenas, las malas, en los días soleados y en los de tormenta, estar ahí siempre que lo necesite, en los problemas y en los éxitos. Brindarle consuelo, alegrías, cuidar de sus sueños y esperanzas…

-Doctor: ¡Y por qué no la olvidas simplemente! (se levanta y su cuaderno cae al suelo)

-Paciente: (ensimismado) Porque me inspira a que lo sacrifique todo…
Estimado Doctor… ¿Acaso nunca ha sentido ese impulso por alguien?

-Doctor: (pensativo y a la vez grave) Fin de la sesión. (recoge el cuaderno con cuidado, abstraído. Sale de la habitación)


-Colegas: ¿Ves? Qué te dijimos, este tipo está totalmente rematado.

-Doctor: No, ustedes se equivocan…

…sólo está enamorado.

FIN

2 comentarios:

Miguel Grammont dijo...

NOTA DEL AUTOR: Oratorio no hace referencia a ninguna acción de orar, ni oración, en el sentido de rezar. Proviene directamente de "orate" que, para efectos de la lengua hispana, puede considerarse como sinónimo de "loco".

Saludos y ojalá posteen!

Unknown dijo...

genial! me realmente ejemplifica loke se siente el estar en ese "mundo" reitero, genial!