sábado, 25 de octubre de 2008

Réquiem a un llanto nocturno





I


La niña ennublecida
acorta el tamaño
de su oscuridad mayor,
el reflejo en pálido
del cafetal anular
se muestra impávido,
preocupado e incierto,
y tras, la luna
da fe del brillo
que inunda el cristal
de tus luceros.

Aunque siempre devoras
como impactante
con los soles sin luz,
esta noche languidecen
por la impertinencia,
su otrora fijación
hoy desvían nerviosos
las ráfagas de los míos,
contemplando menguante
aquel muro inexacto.

II

Ya corren diamantes
por tierra morena,
rodando lentamente
fluyen de los pozos
del oráculo certero.
Un sonido quedo,
como ahogado,
canta sinfónico
de aquel flujo argento,
despidiendo sentido
"dona eis requiem. Amén".

Llegando al puerto
de trigueño parlante
- morada de mi sino -
despedazas las joyas
en un roce fugaz
de aire empuñado,
tratando de remover
la pena a latigazos,
proponiendo fin
al cortejo de tu llanto.

Epílogo:

"Las menos noches
de dolor y llanto...

mea culpa...

a tu esencia
perdón pido...

socorro pido
a tu clemencia".

Siempre a tu vera... Eric Dantés di Beliatio.

2 comentarios:

dijo...

mil besos

Miguel Grammont dijo...

Réquiem de un llanto nocturno...

Genial flujo de emociones agónicas que, acercándoce al final, regalan un poco de amanecer.

Debieras complementar con "Opus de renacer al amanecer".

Saludos!