Cuando el frio arraso la ciudad, el lento caminar de sus pasos calentaban poco a poco su cuerpo, eran las 10:45 y la nubosidad pronosticada curiosamente acertó esa mañana. A esta hora del día las personas sacan la vuelta en su trabajo quizás por pasión a no hacer nada o a conversar de la vida o de la farándula televisiva que arrasa en los canales, esa loca soltería de manolito o la fiebre por los autos negros en Colo-Colo inunda los quioscos cada mañana. Mientras reflexionaba sobre estas portadas, recordó los preparativos por su cumpleaños en su hogar, el almuerzo rico y en fin todo eso que se hace en los cumpleaños. Pendiente siempre de lo próximo en su día escucho la melodía de su teléfono móvil. Como es de costumbre en un mundo globalizado como lo es este, en el cual mediamos cada vez mas la realidad para hacerla soportable ante nuestros sentidos. Respondió.
- ¿Alo? ¿Quién habla?
- Hola soy yo
- ¡Ahh! ¿Cómo estas?
- Bien y ¿Tú?
- Bien también
- ¡Feliz cumpleaños! Te aproveche de llamar he estado lleno de trabajo
- Me imagino siempre es así, tú y tus varios oficios
- Si es cierto
De pronto sintió una necesidad angustiosa de soltar la lengua y limpiar el alma. Quizás el pronóstico del tiempo acertado para esta ciudad caprichosa era la señal perfecta, aunque, surrealista para este arrebato de sinceridad avallasadora. Y sin mediar más soltó la primera estocada.
-Te puedo decir algunas cosas, me las he tenido guardadas por algún tiempo.
-Dime, soy todo oídos. Más que mal es tu cumpleaños.
-Mira, desde hace tiempo o desde hace algún tiempo nos conocemos a decir verdad desde hace 5 años. Ese día te vi al pasar y sentí que algo mas nos unía, mas allá de ser dos seres humanos,, estaba con mis amigos y observe como te acercaste a mi madre y la abrazaste yo por mi parte comencé a caminar hacia donde estaban reunidos ¿sabes? Los segundos fueron eternos casi como el sol perpetuo sobre nuestras cabezas y sobre nuestras consciencias y en esos segundos recordé que cuando niño nunca supe de tu figura, jamás vi tu foto o llamaste cuando aprendí a reunir las primeras letras en aquel lejano pupitre en el cual gestione mis primeros sueños con vocales y sinónimos que hablaban de ausencia. Mas adelante con los años mentía y decía que mi padre había muerto en parte siempre lo haz estado, eres, el difunto de las esperanzas y los deseos de la infancia, por varias noches te llore en mi cama con doce años doce llantos entone buscando tu rostro sobre el cual la inocente esperanza de mi madre te pintaba perfecto, casi como una figura heroica que huyo como quijote que se lo lleva el viento en busca de sus anhelos. Ella por su parte decía que me amabas, que siempre me quisiste que no sabe como ni porque te marchaste al terminar esa tarde de otoño en la cual difuntas hojas caían al compas del viento triste como el rostro de mi madre al pronunciar tu nombre. Nunca haz estado acá pero siempre haz estado presente. Cuando de esto me percate ya me estabas abrazando diciéndome hijo. Yo helado de una pieza mudo y absorto cuando volví en mi observe tu rostro no eras ni quijote ni hidalgo caballero solo un hombre sencillo y dudo que sincero. Conversamos mas de tu vida que de la mía con el pasar de los años prometiste libros y conversaciones de tarde familiar. Dijiste que me quieres, que tenías miedo de un rechazo ¿quién puede tener miedo de un niño de 12 años que solo desea conocer a su padre? Varias veces me he consultado eso sabes mas no espero respuesta. Quizás por que nunca he esperado algo de ti, por lo menos no ahora con 23 otoños tristes, caminos variados me he forjado ya no tengo 12 años ni anhelo tu figura ya no espero de ti nada mas cuando llamas y me buscas voy a tu encuentro debe ser por que en el fondo soy tu hijo y tengo tu rostro en mi espejo, tus manos en mis dibujos y tu voz cuando la entono al viento. Bien sabes que el rencor no corre por la sangre que guía mis pasos. Por eso voy a tu encuentro me sorprende, en algunos minutos, que tu figura de padre la deseas construir en segundos en algún restaurant de esta falsa ciudad correteadas por anchas calles de angostas esperanzas, sobre los cuales ilusiones iluminan las veredas de los no vistos, de los desamparados de la tv y de los catálogos de falabella esos con pulcros bebes de porcelana. Es curioso desahogarme después de tanto tiempo de silencio, pero sin duda es un alivio para este pecho. Me forje caminos y ya escogí cual seguir y sobre esa base construiré mundos palpables a cualquier mirada ¿sabes? Me da gusto que me llames por ultimo te acuerdas en esta fecha de tu hijo ese con los mismos ojos pero con distinta mirada. Ahora que haz escuchado estas palabras siento un peso menos. Gracias por prestarme tus oídos como puedes ver el tiempo deja huellas muy importantes y nos vamos volviendo viejos, sobre todo tú.
- No se que decir, tenia miedo. Se que no he sido el mejor de los padres, pero, siempre te he querido me siento orgulloso de verte convertido en un hombre, disculpa y perdóname me siento terrible en estos momentos, perdóname por todo.
- Yo no soy quien para perdonar, la vida se nos presento así y así la tome y la fui construyendo con mis manos artesanas. Nos vemos y espero que no me llames solamente para mi cumpleaños o en cada año nuevo de mi vida. Y por favor no llores no le sienta bien a un hombre como tu. Es curioso que lo diga si apenas puedo sostener el llanto en mis ojos más tristes que de costumbre.
4 comentarios:
Hermoso, no tengo más palabras, me conmovió profundamente... Hermoso
Me conmovió hasta las tripas, excelente escrito.
Me dio pena...
En estos tiempos es extraño encontrar una persona que en los umbrales de la vida muestre tan profunda y firme sabiduría.
Happy Boy, excelente obra. Cuando seas un recio y añoso roble, seguro que tu sabiduréa precederá a tu nombre.
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