Espectros del Silencio

Carta para una Duende:
Hola mi duende, te cuento que no estoy bien, cada noche son mas la lagrimas que derramo por no poder estar a tu lado y mi cuerpo ya ni fuerzas tiene.
He querido decirte tantas cosas…, pero no me he atrevido por miedo a hacerte daño, ya que un día me dejaste en claro que si yo te hacia daño me olvidara de ti... Eso es lo que menos quiero, no quiero olvidarme de ti, porque tú eres muy especial para mí ya que tú eres la que me ha apoyado cuando he tropezado en esta vida y tan solo tú has logrado robarte mi corazón.
Yo te quiero porque tú has sido la que me saco de las puertas del infierno, la que me ha enseñado a querer y la que me ha vuelto a la vida. Pero aunque tu me ha enseñaste a querer de nada sirvió, porque mi corazón igual sangra por aquella persona que no puede tener.
No he olvidado tu sonrisa de aquel día que nos conocimos o como olvidar aquella preocupación por un mensaje que te había llegado, no lo puedo olvidar…
No puedo olvidar aquellas veces que mis brazos sangraron y mis ojos derramaron tristes lágrimas por todos los problemas que me debilitaban, pero tú, estabas ahí dándome aquellas palabras de aliento para poder seguir viviendo…
Te agradezco por todo lo que me has enseñado y por todo lo que has tenido que soportarme ojala que siempre seas feliz y nunca te olvides de aquella persona que tanto te quiso…
Aunque se que pensaras que soy un cobarde por haber tomado esta decisión, pero ten en claro que desde cualquier lugar donde me encuentre te estaré cuidando... y te protegeré para que nadie te haga sufrir...
Se despide El Lobo Estepario