Esto está mal, y lo peor es que lo sé. Lo que se empezó a gestar nació prohibido (o podrido, qué sé yo. Pero sucedió, y pasé de un sentimiento anónimo a celos ahogados, y ni siquiera eso te conmovió.
Así estoy navegando por las aguas de este pegajoso río, donde el gusto por enredarse la vida no deja lugar para el cansancio. Qué pesada es esta espada que en mi cinto desenvaino y cargo con sudor, como la soledad de un principe sin reino, como la soledad que llevo en mi espalda sin calor.
No quiero seguir siendo el mismo tipo educado que se guardaba todo por no romper delicados hilos que me unen con los demás, quiero luchar por lo que quiero y siento, aunque eso cueste unas cuantas marchitas lágrimas. Pero que falla? comparo mi vida con la tirada de un dado y sale ¡¡cero!! cero! y cero! y solo espero ser más certero, salir de este agujero en el que estoy atrapado.
Soñador, sigo siendo un soñador; aún sueño con Peter Pan a mi lado, preguntando si alguien allá afuera entenderá a un tipo tan complicado. Pero una extraña fuerza me persigue, me dice tú simplemente vive, tú simplemente escribe, decide en tiempo record y olvida el rencor. Y eso haré.
Es tan importante el ser y estar, pero nadie quiere ser ni nadie quiere estar.
Anonimo
Un espectro más dentro del mundo visible.
2 comentarios:
Agradezco esta carta y los sentimientos que llevaron a escribirla, pero su redactor sabe que el caso fue dificil, sin embargo forma ya parte del pasado, no olvidado y respetado, ud. lo sabe y aún estamos vivos! y los delgados hilos no se rompieron! Saludos señor Anonimo.
Señor, ehm, anónimo... ¿Qué es el que, si no el luchar por conseguir lo que deseas? En relevancia. En desenvolvimiento locuas por una meta que, quizá entiendes como irrealizable, pero el descubrimiento de ello te propone una nueva visión y ahinco de la vida y el corazón. Suerte.
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