viernes, 30 de enero de 2009

Los que vamos a morir te saludan


En el mundo de los sueños no hay amanecer, son su propia luz, su hidrógeno y su reactor, no hay mil sacrificios aztecas que hagan que la bendición del padre sol aparezca por su horizonte, Adán ya no volverá a aquel paradisíaco sitio, la esperanza ya envejecida está en la caja de Pandora, y Morfeo parece que en transantiago hacía mi viene, o soy yo el que no lo quiere recibir, ¿me sacrifico acaso masoquistamente como aquel carpintero y sus secuaces?, soy el hazme reír de la humanidad, el señor de la nada, el antipoeta de mis sentimientos, lucho contra el dragón invisible, rogando atravesar pronto sus escamas para acostarme con la fortuna y yacer al día siguiente con la muerte, con su cálido abrazo que ante esta nueva era glaciar quema mis nervios, paraliza mi lado derecho y agiliza la sinapsis del pasado, tuyo, mío, nuestro, ajena, del prójimo, arrebatado, desolado, cedido y nuevamente conquistado, colores en blanco en negro y la sombra se ilumina con el pudor de la prostituta divina, sentada al borde de las ideas, flirteando con la memoria colectiva, podando una Amazonía de recuerdos, se entrega al vicio para regalar comida, techo y abrigo a los ricos mientras el pobre compara sus acciones de reciclaje en la bolsa riéndose del que ahorra y del que no da limosna, tontos que se despiertan con el gallo de la contaminación, ese invento de los liberales, señores feudales en sus castillos de tratados, convenciones y muerte al capitalismo, allí donde la desidia toma permanentes vacaciones los poetas descansan de las musas y se toman un trago por la libertad mientras ellas le lavan los libros y planchan sus anuarios, aunque rumores cuentan que eso es al revés, nadie desmiente el machicidio, por algo el ambiente no huele a testosterona, pero las apariencias deben guardarse, el protocolo no se divulga por los periódicos como el pan, debe de ser tuyo sino tendrás que abandonar las tierras e irte al iglú mas cercano, de esos artificiales pues ya nada lo hacen como antes, si quieres naturaleza, anda al campo, o a eso que llaman museos, a aquellos lugares llenos de polvo donde te hablan los mudos y los ciegos pueden ver la soledad, allí te espera el amanecer, en situaciones, lugares, hechos y anécdotas cotidianas que distorsiona la mente de los cuerdos.

No te preocupes, que aun hay religiones, se sigue usando petróleo y mañana vence la hipoteca, tranquilo, que puedes disfrutar de tu seguro mundo, y si no sientes nada de eso, y hace un calor insoportable, no te preocupes, no es el infierno, simplemente no apagaste la estufa imbécil y la cuenta del gas se irá por los cielos, solo preocúpate si ves que al lado una pareja feliz camina por el parque, ahí estarás en tu averno, y allí no te queda más opción que seguir la corriente o llamar uno a la compañía de gas y dos a la policía para que termine con esos inmorales homosexuales que dañan tu sensibilidad.

Humanito cualquiera, bienvenido al mundo de los que vigilan para que tú te sigas revolcando en la mierda de dólares, fe y genocidio, estamos aquí para servirlo, nosotros le pagaremos con nuestra sangre para que el hombre libre camine por las alamedas de las privadas cárceles, reteniendo el sida en África y que no llegue al mundo blanco y sufriendo las sequías para que en sus piscinas se sigan bañando plácidamente sus hijos, no se preocupe, por usted los campamentos serán lujosos barrios donde nuestra riqueza será la cocaína, las armas y por sobre todo tu ignorancia completa de nosotros.

Mientras palidecemos en la oscuridad el sol por siempre brillará para ustedes.

jueves, 22 de enero de 2009

Terrorismo celestial

Peligro. Estamos envueltos ante esa palabra constantemente, nos rodea en cada segundo y centímetro de nuestras vidas y nos hace volvernos temerosos, llenos de resentimientos, ira, irracionalidad y un falso orgullo colectivo.

Y ha que no se imaginan de qué peligro os hablo. ¿Terrorismo, ladrones, violadores, homosexuales? No señores, les hablo de aquellos que no pagan impuestos pero lucran con nuestras almas, la salvación y con el dinero que supuestamente nos hará ver a dios en su gloria y majestad.

Religión. Mesianismo. Guerra Santa. Es allí donde de verdad radica el peligro, estamos rodeados e intoxicados con sus conceptos, sus “verdades”, sus dogmas y cuanta santa palabra como “asunción” “concepción virginal” y “juicio final”. Y allí estamos nosotros, comunes y silvestres seres humanos parados ante la vorágine de aquellos desequilibrados e impositores soberanos del engaño, el terror y la manipulación psicológica sobre las mentes de muchos cientos de millones.

Tarde pero es bueno desvelar aquel mundo de verdades “religiosamente correctas”, correr el velo y ver que el mundo es bello de por sí, que nos entrega todo lo necesario para vivir y no por ello tenemos que recurrir al silicio para castigar el placer de vivir, de pensar, de objetar, de preguntarse y que los hechos nos den la razón de las cosas. Que existe algo mas allá de lo que le contaron a nuestros padres y así tras generaciones en el tiempo, barbudo, hediondo pero que se creía mejor que el moreno indígena que por maravillarse con cada salida del sol debía ser “salvado” por el sadomasoquismo de un carpintero que hablaba de amarse los unos a los otros, pero que olvido convenientemente decir que podían sacrificarse y por ende a los demás por aquel dios que nos ama.

Parece tan obvio ante siglos de aprendizaje, ensayo y error, donde todo y todos hemos de pasar y alegrarnos por ver que la vida nos entrega la oportunidad de crecer en nuestras múltiples capacidades y mejorar todo aquello que en algún momento nos presenta dificultades, pero para estas personas, mujeres y hombres que creen en lo irracional, en la muerte de otros como la “voluntad de dios” siquiera hablarles de los dinosaurios es como insultarles hasta la quinta generación. Pero no por ello debemos quedarnos en silencio, es cierto hay sarcasmo aquí, pero no por ello voy a callar en acusar y encarar con voz firme y apoyado en que la vida sin una religión ni un dios puede ser buena moralmente para todos, yo y todos podemos hacer el bien sin una guía castigadora que al menor acto en contra de sus designios nos enviara al azufre y fuego.

Por ello es el deber de nosotros en comenzar a denunciar sus males, porque debemos callarnos si ellos supuestamente nos evangelizaron porque éramos bárbaros y debían entregarnos un alma, un alma cristiana, musulmana, judía, protestante o cualquiera de las del panteón de dioses que nos aman… hasta que hacemos lo contrario. Yo por lo menos digo no a su divinidad, su posturas fascistas y como desean controlar nuestras vidas, heme aquí que planto firme mi bandera en pos de decir no mas al totalitarismo de la fe, no más a la irracionalidad para dar un sí a la libertad, el libre pensamiento, la elección y una educación que tenga como base moral la vida misma libre de ataduras emocionales que nos hablen del sufrimiento y la condenación post mortem para volcarnos a disfrutar en la sana convivencia de una existencia donde las diferencias solo sean por los genes y que todo lo demás nos una para un mundo mejor.

Y no, no hablo de una utopía, eso es lo que nos han hecho creer, pues es posible, debemos levantar la vista y empezar creyendo en el pequeño dios que nos hablaba Huidobro, en nuestra humanidad creadora de vida, verso y amor puro a nuestros semejantes.

Que la maravillosa probabilidad de estar aquí, con vida y razón no sea desperdiciada para unos pocos reunidos bajo un hombre de sotana sino que sea el beneficio de muchos que aunque no lo sepamos esperan oír nuestras voces hablar de la belleza del vivir libres de las ataduras de la fe.

martes, 20 de enero de 2009

Letania


En el crepúsculo de la existencia no somos más que la sombra del ayer, el sorteo de toda una vida que juega a perdedor cuando ves que las apuestas siempre van en contra de ti.

Damas y caballeros del espectáculo, hoy su anfitrión trae como repertorio principal su corazón, músculo lleno de sueños y que usurpa la labor del cerebro que vuela donde ni la mística puede comprobar con teoremas ni arcángeles, por eso este rojo, inquieto y poderoso órgano de mi ser les ofrece la siguiente letanía de la vida:

Somos lo que nos obligan a ser, somos la luz de un deseo sin cumplir y el deber del cumplimiento nos lleva a matar nuestro ser por lo que los demás quieren que seamos. Por eso no traigo ni mil soles en un sombrero ni las coronas de los reinos perdidos de tu diadema, hoy ven frente suyo a alguien que hacia tiempo no respiraba, y hoy el oxigeno quema con amor mis sentimientos, los enciende con furor y en mil orgullos os ofrezco los diamantes de mi pobre mirada que ante la inocencia de la luna se vuelven ígneas rocas primigenias que pide por el dolor, la venganza y el desamor.

Y como acto final, mis nobles invitados mirad a quien con un juego perfecto de los cuatro elementos hace malabares del infinito y trae la luz cuando yo la observo en mis sueños. A ella, la dulce doncella de los caminos rotos e inspiración de célebres trovadores os entrego una marchita rosa directa del campo de mi alma, a ti, que solo en espíritu, verdad y vida devolverás el color a amor que en esta doble celebración por el Día del Duende Falso en tu honor he creado para usted.

Amigos, el aplauso no debe ser para mi, sino para ella, la verdadera estrella del espectáculo de mi vida, por quien he comprendido que las esperanzas, la muerte y los gatos tienen sentido cuando comprendes que es ella por quien esta canción de ensueños se convierte en la realidad de nuestro amor.

domingo, 11 de enero de 2009

En colores.

De las profundidades...
de sus manos frías,
pies descalzos,
co
ngelada alma.



La primera sonrisa que colorea de rosa sus pálidos labios.


La pri
mera mirada que da brillo a sus muertos ojos.

Como el resoplo del viento entre sus manos.



La luna a mordizcos.


El dolor se congela.



El silencio, las sombras, la razón y la posibilidad de.