jueves, 9 de febrero de 2012

No se nota, pero el ron se agota



Se acaba el ron, se acaba
Se acaba entre cuello y garganta
Se acaba entre pasada y pasada
Se acaba entre truhán y truhán

¡Hey! ¿No es acaso mi camarada?
Se trata de la Locura encarnada
Joven talento y de prosa poderosa
Buen bebedor y mejor escritor

¡Salud! Que esta noche regresamos
Resueltos, versos disparamos
Con la infinita gracia de dios
¡Y la pícara asistencia del diablo!

martes, 7 de febrero de 2012

Bar de los Muertos III


"quiero, demasiadas cosas

quiero, beber aun mas
quiero, decirte algunas cosas
quiero, olvidarme de otras mas"

El bar abre sus puertas
todos bienvenidos están
la cerveza corre por nuestra cuenta
saturadas las copas están

Los demonios beben altanería
los buenos un poco de cerveza fría
todos adoran la juerga
todos añoran la fiesta eterna

Príncipes y embusteros
princesas y doncellas
todos son buenos
en el baùl de los muertos

Versos y palabras de afecto
son tan raras que las detesto
prefiero cosas nuevas
como el calor de un beso

No importa si no vemos a la musa
ella inspira cada verso y cada prosa
no importa si no me quiere
a este cuerpo ni las espadas hiere

Os invito a mi bar
una noche eterna pasar
brindar a mi tiempo
escuchando el compás
de latidos aumentando
hasta que un beso
se pueda escuchar.

Reencuentro en papel



Te miro fijamente en felino acecho
Tu pálida tez resulta insultante, desoladora
Yaces sobre mi cama vacía, inmaculada
Tantas aventuras juntos y quiméricas cruzadas
Tantos sueños erigidos, destruidos, renacidos y olvidados
El mayor de los imperios encerrado en cuatro paredes

Recorro tu suave piel, tal como ayer lo hacía
Sin prisa, sin miedo, sin ansiedad alguna
Nada más observando la lluvia de vigas y piedras
Contando los cadáveres esparcidos por cada pedazo de esencia
En la inmensidad de la llanura, hoy nos encontramos
Te contraes, discreta, ante mi toque metálico

Mi querida compañera, cuánto te he extrañado
La vida tranquila ha engendrado a un malagradecido
Sin duda te he abandonado, querida mía
Encerrada en la oscuridad y el silencio
Relegada a un inmerecido y largo olvido
Castigada a llevar una faz blanca y vacía

Esta noche nos reencontramos al fin
Como antaño, a solas, en intimidad
Tu palidez es mi mayor sufrimiento, mi pesar
En estas palabras encontrarás, al fin, cura
Bebe, pues, de mi sangre, mi tinta
¡Recobra tu oscuro rubor, querida hoja mía!